El ideal de belleza ha sido considerado parte fundamental dentro de cada cultura y ha variado con el paso del tiempo.
En la edad moderna se pueden distinguir varios estilos. En el renacimiento la belleza dentro del arte se relacionaba con la representación de figuras humanas.
En el barroco se caracterizaba por la excesiva cantidad de adornos en los objetos. En el vestuario la superposición de prendas, ropas abultadas, representaban lo estéticamente agradable. Dando lugar a una época denominada estilo rococó, en el siglo XVIII.
Durante el romanticismo los hombres debían usar galera, frac y bastón como símbolo de status social. Los sombreros tanto en hombres como en mujeres eran parte fundamental del atuendo de la época.
En la actualidad se encuentran prácticamente inexistentes, las barreras que solían diferenciar y/o resaltar las cualidades consideradas propias de las mujeres y aquellas atribuidas a los hombres, por ejemplo, como símbolo de virilidad.
Los métodos aplicados a lograr un buen aspecto físico se pueden emplear indistintamente en el género femenino como en el masculino. Son los más jóvenes quienes demuestran reconocer con total naturalidad que el aspecto físico y el ideal de belleza es algo totalmente intrínseco en la sociedad moderna occidental. El vestuario, el peinado, los rasgos, los tatuajes, los accesorios, etc. Hacen de la persona en general, un producto que está siempre a la vista.
La forma en como se habla de la belleza le da la vuelta al mundo porque algunos medios tienden a pensar que lo que ellos dicen es muy normal en nuestra sociedad.
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